EL SIMBOLISMO DEL AGUA EN EL RENACIMIENTO Y EL BARROCO
Dentro de las disciplinas artísticas, el agua es un recurso al que acuden numerosos artistas tanto para mostrar su apacibilidad y belleza como para señalar su lado más terrorífico y misterioso. Puede simbolizar la vida (aguas que fluyen) al igual que la muerte (aguas estancadas), además de la purificación y la personificación del alma y de grandes dioses.
Renacimiento
El Renacimiento es un movimiento cultural nacido en el siglo XV de la difusión de las ideas del humanismo. Contribuyó notablemente al desarrollo de las ciencias y las artes y así, determinó una nueva concepción del hombre y el mundo.
Algunos ejemplos del agua dentro de obras de arte del Romanticismo son:
La tempestad de Giorgione (1506-1508); óleo sobre lienzo.
El paso de la laguna Estigia de Patinir (1519-1524); óleo sobre tabla.
La laguna Estigia simboliza el paso de la vida a la muerte en la mitología clásica.
Ejemplos del agua en un poema renacentista:
El cántico espiritual de San Juan de la Cruz (1578)
Poema completo: http://www.sanjuandelacruz.com/cantico-espiritual/
Barroco
El Barroco fue un periodo artístico y cultural en occidente que abarcó el siglo XVII y principios del siglo XVIII en el que se comenzó a percibir el arte de una nueva forma: se volvió más refinado y ornamentado, con un gusto por lo sorprendente y lo anecdótico además de los golpes de efecto y REALISMO, debido a la penuria económica y el hambre.
Algunos ejemplos del agua dentro de obras de arte barrocas son:
El aguador de Sevilla de Velázquez (1618-1622); pintura al aceite.
Moisés salvando las aguas de Artemisa Gentileschi (1633); óleo sobre lienzo.
El molino de Rembrandt (1645-1648); pintura al aceite.
Ejemplo de agua en un poema del Barroco:
Hermosas ninfas, que en el río metidas
contentas habitáis en las moradas
de relucientes piedras fabricadas
y en columnas de vidrio sostenidas;
agora estéis labrando embebecidas
o tejiendo las telas delicadas;
agora unas con otras apartadas,
contándoos los amores y las vidas;
dejad un rato la labor, alzando
vuestras rubias cabezas a mirarme,
y no os detendréis mucho según ando;
que o no podréis de lástima escucharme,
o convertido en agua aquí llorando,
podréis allá despacio consolarme.
Soneto XI de Garcilaso de la Vega (Hermosas ninfas).
Se muestra el agua como las lágrimas y el dolor además del río, que es la casa de las ninfas.
Entrada por: Daniela Ruiz
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